En este momento estás viendo Pasó de una dark kitchen a tres marcas en dos años. Y todo lo alquiló. Hasta la cafetera.

Pasó de una dark kitchen a tres marcas en dos años. Y todo lo alquiló. Hasta la cafetera.

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Blog

Carlos no empezó de cero.

Tenía un delivery pequeño con nombre molón y hamburguesas potentes.
La cocina era compartida. El horno, prestado. El extractor, ruidoso.
Pero las comandas no paraban de sonar.

Un año después, con el negocio ya rodado, se encontró frente al dilema clásico:

“¿Invierto todo en montar mi propia cocina… o busco otra forma de escalar?”

Escogió la segunda.
Alquiló absolutamente todo.

¿Por qué?

Porque comprarlo todo era pegarse un tiro en el pie antes de la maratón.

Carlos hizo números:

  • 40.000 € para montar una cocina completa (equipos incluidos) 
  • vs. 
  • 0 € de entrada con renting, y una cuota mensual perfectamente asumible 

Con el renting, montó su primer local propio.
A los 6 meses, ya tenía una segunda marca de poke saliendo desde la misma cocina.
Y un año después, una tercera.

Todo con el mismo equipo, renovado cuando hizo falta, sin dramas, sin créditos.

El renting como trampolín

Carlos no era nuevo.
Llevaba un año exprimiendo márgenes, aprendiendo el juego.

Sabía que el crecimiento rápido te puede matar si te sobreendeudas.
Y también sabía que lo importante era producir y entregar, no “poseer” maquinaria.

Por eso alquiló todo: horno de convección, neveras, freidora, embasadora, abatidor.
Todo firmado con Santa Sed.

Instalación incluida.
Mantenimiento incluido.
Actualizaciones posibles.
Flexibilidad total.

Alquiler de maquinaria hostelera

Hoy, Carlos se ríe de su yo del pasado

“Si hubiera comprado todo, tendría un solo local… y media ansiedad.”

Ahora tiene tres marcas.
Una cocina.
Un partner técnico.
Y un negocio que crece sin cadenas.

Así se hace una dark kitchen con cabeza.